El hijo del presidente ecuatoguineano, Teodoro Nguema Obiang Mangue, y otros tres miembros de su familia han sido promovidos a altas graduaciones dentro del ejército, anunció un decreto presidencial fechado del 15 de octubre.
Teodoro Nguema Obiang Mangue no se marea en los barcos, prefiere las aguas turquesas del planeta a los bosques de ceiba de su país. Pero ha sido en el ejército de tierra en el que su padre acaba de nombrarlo general de división. Con 49 años, Teodorín Obiang, ya vicepresidente de Guinea Ecuatorial, ha sido ascendido junto con otros tres miembros de su familia: su tío, Victoriano Nsue Okomo, un primo de su padre, Jose Eneme Obama, y su cuñado, Fausto Abeso Fuma, los tres nombrados generales al mismo tiempo que él, con ocasión del cincuentenario de la independencia celebrado el 12 de octubre.
Teodorín Obiang aumenta un poco más su control sobre Guinea Ecuatorial. Desde mediados de junio, por ejemplo, los funcionarios no pueden viajar al extranjero sin la autorización del que es también el número 2 del Partido Democrático de Guinea Ecuatorial (PDGE, el partido en el poder).
El clan Obiang cierra filas
El actual cierre de filas del régimen en torno al clan de Mongomo, en especial desde el golpe de Estado fracasado de finales de 2017, está en total contradicción con el anuncio de una apertura, que una mesa de diálogo organizada con la oposición en julio pretendía demostrar. Esta reunión (la sexto de este tipo desde que Teodoro Obiang Nguema Mbasogo ocupó el poder en 1979) acabó como un monólogo del régimen.
Conviene no equivocarse: los «nguemistas» (neologismo creado por el investigador suizo Max Liniger-Goumaz) no han soltado nunca las llaves del palacio. El país sigue en manos de la familia desde hace cinco décadas, con la llegada al poder de Francisco Macías Nguema, uno de los peores déspotas que ha conocido el continente. Fue derribado por su sobrino, actualmente en el poder, pero que había participado ampliamente en el régimen de terror que impuso quien se hacía llamar » el Tigre de Malabo”.
Los nuevos nombramientos refuerzan la idea de que una transmisión del poder del padre al hijo está en marcha. «TNO» (sus iniciales, mostradas en caracteres gigantescos durante su último y dispendioso cumpleaños) es más conocido sin embargo por sus calaveradas y sus problemas judiciales, entre los que le motivaron los bienes mal adquiridos en Francia.
El nuevo general podrá, sin duda, pasar revista a sus tropas en las aguas jurisdiccionales de su país, a bordo de Ice, un yate de lujo de 90 metros, que escapó por los pelos de un embargo, lo que no pudo hacer el Ebony Shine, actualmente bloqueado en los Países Bajos. Estas dos joyas que costaron 250 millones de dólares serían – si quiere creerse a las autoridades ecuatoguineanas – propiedad del ministerio de la Defensa.
