Los militantes de CI encarcelados en Evinayong no son «presos de Obiang», ni «del PDGE», son presos del Estado guineoecuatoriano y deben ser tratados como tales.

Los presos de CI encarcelados en Evinayong siguen sin poder recibir visitas de ningún tipo (ni de familiares, ni de su abogado), siguen sin atención médica ( ni los heridos, en su momento, como consecuencia de las torturas padecidas, ni los que padecen enfermedades de cualquier tipo), siguen sin poder recibir cualquier tipo de paquete de ropa, de comida o de medicinas que les envíen sus familias (parece que algunos militares hacen negocio vendiendoles algunos de estos productos de primera necesidad…).

El régimen guineoecuatoriano reproduce con excesiva frecuencia modos de hacer que eran propios de un mundo muy antiguo, del mundo feudal. Pretende «ordenar» la sociedad como si todo (las cosas y las personas) fueran propiedad del dictador o, en delegación suya, propiedad de su familia o de su partido…

Los presos de CI, encarcelados en Ebinayong, (ni otros cualquiera) no son «los presos de Obiang», ni «los presos del PDGE». La vida de los presos en cualquier institución penitenciaria debe estar regulada por las leyes y no por ocurrencias o improvisaciones basadas en el odio o las ansias de venganza del dictador o de cualquier círculo de sus amigos.

Ayer publicamos un folleto, editado por Naciones Unidas hace más de una década sobre los derechos que tienen los internos de las prisiones [http://www.asodeguesegundaetapa.org/los-derechos-humanos-y-las-prisiones-naciones-unidas-2005/]. Es una muestra de las normas elaboradas por Naciones Unidas que deben servir de base para la legislación de cualquiera de los países que se integran en esta organización (más aún de los que tienen puestos de responsabilidad dentro de ella) y que pueden sustituir la legislación de cualquiera de esos países si carecen de leyes propias sobre el tema.

Vamos a referirnos con frecuencia, a partir de ahora, a este folleto y a las normas de responsabilidad y convivencia que incluye.  Es posible que los militantes del PDGE, uniformados o de paisano, se resistan a entender ahora  las normas que incluyen y que se basan en el respeto a los derechos básicos de los prisioneros (que los tienen y no los pierden cuando son condenados). Estamos seguros que dentro de algún tiempo cuando cambién algunos cosas, (algunos de ellos) tendrán la oportunidad de agradecernos este trabajo…