Las prácticas del régimen de “triste memoria” siguen vigentes en Guinea Ecuatorial. Articulo publicado en el número 83 de La Verdad. CPDS

Unas semanas después de acceder Guinea Ecuatorial a la Independencia, el 12 de octubre de 1968, murió un tal Mariano Mba Micha, Delegado Gubernativo de Mongomo y oriundo del mismo distrito, acusado de haber intentado asesinar a Macías mediante la colocación de una bomba en la residencia distrital del entonces recién elegido Jefe del Estado. Nadie vio la bomba ni hizo falta presentar prueba alguna. Fue la primera víctima de un régimen que utilizaría las falsas acusaciones de golpe de Estado para eliminar a oponentes políticos y a sospechosos de pensar diferente. A partir de entonces, para eliminar los miembros de partidos rivales, a los intelectuales de entonces o, simplemente, a un competidor por un puesto de trabajo, y hasta por una cuestión de faldas, solo hacía falta acusarle de haber querido matar a Macías. “Hablar mal del Gobierno” se convirtió en una acusación cuya consecuencia era la muerte.

Así es como se educó al pueblo de Guinea Ecuatorial a partir de 1968. La expresión “todos tenemos que ser policías”, que utiliza el Presidente Fundador del PDGE en sus discursos actuales, tiene su origen en aquel fatídico régimen. Los hijos vigilaban a sus padres, las mujeres a sus maridos, los alumnos a sus maestros, y los compañeros y amigos, entre sí. Sistemáticamente, se utilizó la calumnia y la mentira para conseguir un puesto de trabajo, caer bien al régimen o ser buen “nacionalista”…

El 3 de agosto de 1979, el entonces Teniente Coronel Teodoro Obiang Nguema Mbasogo, dio el llamado “Golpe de Libertad”. Se acusó a Macías de todo: desde los asesinatos a políticos hasta la malversación de fondos públicos, pasando por la violación sistemática de los derechos humanos. Fue encontrado culpable de esos delitos y fusilado el 29 de septiembre del mismo año, el día del aniversario de su victoria electoral en 1968.

Sin embargo, siguieron las mismas prácticas, fomentadas desde el poder mismo. Los compañeros ministros del mismo Gobierno se desconfían entre sí, por si alguien se chiva; en las oficinas los funcionarios se vigilan entre sí y miran a uno y otro lado antes de poder hablar en voz baja para lamentar alguna arbitrariedad o expresar alguna discrepancia.

En 2015, el entorno del Vicepresidente de la República fabricó el montaje de que Andrés Esono, Secretario General de CPDS, había viajado a Guinea Conakry, Sierra Leona y Liberia, para comprar un enfermo de ébola y traerlo a Guinea Ecuatorial para masacrar a la población durante la celebración de la Copa de África de Naciones celebrada a principios de aquel año. Por muy loca y surrealista que pareciese la acusación, se trajo a un ciudadano extranjero para dar falso testimonio. Durante cuatro meses, RTVGE y RTV Asonga organizaron tertulias con la participación de jóvenes de la Asociación Hijos de Obiang (ASHO), con el único objetivo de denigrar al líder de CPDS; entrevistaron a jóvenes y a gente de la calle para condenar a Esono Ondo sin dejarle defenderse; jóvenes que nunca fueron alumnos suyos le acusaron de acoso sexual en sus clases, y Asonga TV entrevistó a dos jóvenes a cara cubierta para decir que Esono era homosexual…

En marzo de 2017, al regresar de un viaje por Europa y América, Esono Ondo fue detenido en el aeropuerto de Malabo, acusado de haber viajado a Bélgica para comprar armas con las que dar un golpe de Estado contra Obiang; la acusación fue tan vaga y absurda, que al día siguiente Esono fue liberado porque, según la policía, se le había confundido con un tal “Andrés Esono Ehate Mba”, supuestamente investigado por la Interpol.

El colmo ha sido la detención del dirigente opositor en Chad. Esono había viajado a ese país para asistir al congreso de un partido de la oposición, el UNDR, ocasión que aprovechó el Gobierno del PDGE para intentar darle el golpe definitivo, enviando una delegación a Chad para informar al gobierno de dicho país de que aquel viajaba para comprar armas, municiones y mercenarios con el fin de venir a dar un golpe de Estado en Guinea Ecuatorial. El ministro de Seguridad Ex-terior, Juan Antonio Bibang Nchuchuma, artífice de la acusación, hizo un comunicado atribuyendo al Gobierno la autoría de una que fue fruto de su propia mente perversa. TVGE y Asonga, como siempre, se pusieron manos a la obra para hacer lo único que saben: mentir, desinformar, difamar, insultar y engañar, sin importarles algo básico en todo medio de comunicación: la credibilidad. Asonga entrevistó a jóvenes que buscó para la ocasión a fin de lanzar contra Esono las mismas acusaciones que en 2015 y tratar de poner a Esono contra la población; ofrecieron el micrófono a personas que le condenaron e, incluso, algunos llegaron a hablar de pena de muerte. Una mujer, vendedora de ingredientes en el mercado y madre de 12 niños sin recursos para alimentarlos, insultó hasta la saciedad a Esono Ondo y le culpó de todas sus desgracias. Así funcionaba el régimen nazi de Adolf Hitler, y así funciona el régimen de Obiang y su PDGE, que ha creado una escuela para enseñar a los jóvenes a mentir, difamar y calumniar de forma consciente, gratuita e impune, para conseguir trabajo o alcanzar cargos y puestos. Crisantos Obama Ondo, muñidor del caso ébola, fue ascendido a Embajador en Marruecos, ahora en Etiopía, mientras una chica, miembro de la ASHO, que acusó a Esono de acoso sexual sin siquiera conocerlo en persona, fue nombrada Inspectora General en el Ministerio de Trabajo.

Es el trabajo de la escuela del PDGE, cuyos alumnos, los jóvenes de ASHO, están llamados a llevar las riendas del país, según dicen ellos mismos. ¡Vaya desgracia espera al sufrido pueblo de Guinea si tal cosa llega a ocurrir!

En la lengua fang, dar un golpe de Estado se dice “à buiñ Ngoman”, que literalmente significa “romper un Gobierno”. Durante los primeros días del golpe del 3 de agosto de 1979, Josué, locutor de Radio Malabo en lengua fang, se preguntaba si “romper el Gobierno” de Macías era tan fácil como romper un huevo. Lo mismo habría que preguntarle hoy a Obiang, en cuyo reinado todo es un intento de golpe de Estado, la acusación más corriente que en su régimen se ha hecho contra los ciudadanos.

Lo que demuestra todo esto es que las prácticas siguen siendo las mismas que en el régimen de Macías, incluso más acentuadas, a pesar de que este murió hace 40 años. ¿Seguimos en el régimen de “triste memoria”?

CPDS

Las prácticas del régimen de “triste memoria” siguen vigentes en GE