Cabo Verde fue el país africano más libre de África por la organización no gubernamental Freedom House, también por delante de Portugal en el ranking mundial, con Guinea Ecuatorial en la peor posición entre los países lusófonos.
«Cabo Verde es una democracia estable con elecciones competitivas y transferencias periódicas de poder entre partidos rivales; las libertades civiles generalmente están protegidas, pero el acceso a la justicia se ve obstaculizado por un sistema judicial que es demasiado burocrático, y el crimen sigue siendo una preocupación», dicen los activistas en la descripción del país, que recibió una puntuación de 92 puntos sobre 100 posibles.
El ranking de Freedom House analiza todos los países del mundo, y vuelve a poner a los países europeos nórdicos en la parte superior de la lista de los más libres, como ha sido habitual en los últimos años.
También sobre Cabo Verde, la ONG señala que «entre los otros problemas principales están las desigualdades persistentes para las mujeres y los trabajadores migrantes«, lo que no impide que el país sea el más libre entre los africanos, seguido de Santo Tomé y Príncipe, con 84 puntos, y Ghana, con 80 puntos.
Sobre el archipiélago lusófono, que mantiene la misma clasificación que el año pasado que Cabo Verde, Freedom House escribe que las elecciones son regulares y competitivas, con «múltiples transferencias de poder» sin problemas.
«Las libertades civiles generalmente se respetan, pero la pobreza y la corrupción han debilitado las instituciones y contribuido a las disfunciones en el sistema de justicia», dicen los activistas, señalando que «las amenazas a la independencia judicial han sido un motivo creciente de preocupación en los últimos años«.
Mozambique mantiene la puntuación anterior
En el ranking de los países africanos de habla portuguesa, después de Cabo Verde y Santo Tomé y Príncipe, Mozambique y Guinea-Bissau, ambos con 43 puntos, con Mozambique manteniendo la puntuación, y Guinea-Bissau cayendo un punto desde el informe del año pasado.
«El partido en el poder está en el poder antes y después de las primeras elecciones multipartidistas en 2004, lo que le permitió establecer un control significativo sobre las instituciones estatales«, dice Freedom House, refiriéndose al Frente de Liberación de Mozambique (Frelimo).
En el análisis, los activistas recuerdan que «la oposición impugnó los resultados de las últimas elecciones, y su facción armada mantuvo un conflicto de bajo nivel contra las fuerzas gubernamentales hasta una tregua firmada en 2016«.
La situación de inseguridad y violencia en el norte del país también merece un comentario, con Freedom House diciendo que «cientos de miles de personas han sido desplazadas internamente debido a la insurgencia islamista» y agregando que el país «también lucha contra la corrupción» y advirtiendo que «los periodistas que informan sobre corrupción y otros temas delicados corren el riesgo de sufrir ataques violentos«.
Guinea-Bissau parcialmente libre y más corrupta
Guinea-Bissau, por su parte, está clasificada como parcialmente libre, y el sistema político «se ha visto obstaculizado en los últimos años por las divisiones entre el Presidente y el Parlamento, y dentro del partido político más grande», el Partido Africano para la Independencia de Guinea y Cabo Verde (PAIGC).
Se da una nota positiva a las libertades civiles, que Freedom House dice que ha «mejorado gradualmente» en los últimos años después de un golpe de Estado en 2012, «aunque la policía continúa interrumpiendo algunas manifestaciones«.
La corrupción en Guinea-Bissau, concluye, «es un problema importante que se ha visto amplificado por la actividad del crimen organizado, incluido el tráfico de drogas«.
Angola con algunas mejoras y en la penúltima posición
En el penúltimo lugar de los países africanos lusófonos se encuentra Angola, la mayor economía lusófona de África y el segundo mayor productor de petróleo del África subsahariana.
Angola, al igual que Guinea Ecuatorial, está clasificada como No Libre y recibió 30 puntos, uno menos que el año pasado.
«Angola ha sido dirigida por el mismo partido desde la independencia, y las autoridades han suprimido sistemáticamente la disidencia política«, se lee en el informe de Freedom House, que agrega que «la corrupción, las violaciones de las normas de procedimiento y los abusos por parte de las fuerzas de seguridad siguen siendo comunes«.
Para estos activistas, la llegada de João Lourenço al poder en 2017 motivó una «relajación de algunas restricciones a la prensa y la sociedad civil, pero esto se ha revertido y los desafíos persisten«.
Guinea Ecuatorial en posición en el ranking
Guinea Ecuatorial, el último país en unirse a la Comunidad de Países de Lengua Portuguesa, se encuentra entre las peores posiciones del ranking, solo por delante de Sudán del Sur, Eritrea y el Sáhara Occidental.
Con una puntuación de 5 puntos sobre 100 posibles y la clasificación de No libre, el país dirigido por Teodoro Obiang celebra «elecciones ordinarias que no son ni libres ni justas» que mantienen «un régimen altamente represivo desde 1979«.
La riqueza garantizada por el petróleo y el poder político «se concentra en manos de la familia del Presidente» y el Gobierno «a menudo detiene a los pocos opositores que aún están en el país, reprime a los grupos de la sociedad civil y censura a los periodistas«.
Además, «el poder judicial está bajo control presidencial y las fuerzas de seguridad cometen torturas y otros actos de violencia con impunidad«, concluye el informe de Freedom House.
