TERRORISMO DE ESTADO

Por Bonifacio Nguema Yembi

Una más, la enésima víctima mortal del dictador, a causa de las torturas en el infierno de las cárceles guineanas, donde verdugos desalmados deciden el destino de los llamados «opositores», esta vez le ha tocado a Julio OBAMA, ¿y cuántos van? No lo sé, sólo lo saben Obiang, el exterminador de hijos ajenos, y sus matones, de los que dispone ahora y los que disponía antes, porque no se olviden que van ya más de 43 años despreciando la vida de otros, en Guinea Ecuatorial no hay manera de resolver nada de otro modo, la única manera que tiene el régimen, es deshaciéndose de los que llaman «opositores incómodos», haciendo uso de todo tipo de crueldad, maldad y manipulaciones, en nombre del sillón presidencial.

Estas personas, si es que a Obiang y a sus matones se les puede llamar así, a simple vista parece gente normal, sonríen y hablan, incluso dan discursos que aplaude el insufrible pueblo guineano, pero en realidad son monstruos en traje y corbata, su secreto es horrible, abominable, inhumano, su secreto es lo que ocurre en las cárceles guineanas, tienen las manos manchadas de sangre, sangre de guineanos, asesinatos a sangre fría, torturas, persecuciones, secuestros, intimidaciones, etc; han dejado huérfanos a incontables hijos, viudas a incontables mujeres, familias rotas por el dolor, mientras viajan en sus limusinas rodeados de su guardia particular.

No, señores, no lo podéis imaginar, no podéis imaginar lo que pasa en las cárceles guineanas cuando llevas puesta la etiqueta de «opositor a liquidar», la realidad supera la ficción, te torturan de distintas formas hasta perder el conocimiento, luego te dejan pudrirte, te pudres estando vivo, las heridas se llenan de pus mezclada con sangre seca, y ahí estás, tirado desnudo en un suelo desnudo, donde también haces tus necesidades, el ambiente apesta a podredumbre y muerte. Algunos han salido vivos de ese infierno y lo pueden contar, por eso lo sabemos, por los supervivientes, y aun con todo lo que su memoria les permite recordar, eso no es ni la décima parte de lo que se vive en aquél abismo.

A veces pienso que tendría que bajar el mismísimo Dios del cielo para ajusticiar a Obiang y a sus verdugos, porque el dolor infringido a tantos guineanos de distintas generaciones y durante tantas décadas no hay tribunal terrenal que lo pueda investigar y sentenciar, ¿cómo pudimos tener tanta mala suerte? No sólo van a por los guineanos que no rezan su credo, valientes hartos de tanta maldad que deciden hablar, aún sabiendo que irán a por ellos; sino que también matan silenciosamente a la población en general, a través de un sistema corrupto sin parangón, donde el dictador, sus hijos, familia y allegados, son inmunes a todo.

Algún día todo esto será historia, algún día contaremos que nuestro país sufrió durante décadas una dictadura brutal, inmisericorde con sus ciudadanos, y aún así sobrevivimos y salimos adelante, suelo pensar que el ser humano es capaz de aguantar cualquier cosa sólo por seguir adelante, eso hacemos los guineanos, aguantar y sobrevivir. Pero aún no se ha acabado, mientras lamentamos la última muerte anunciada de una larga lista, la de Julio OBAMA, recordemos que muchos otros guineanos siguen encarcelados por «cuestiones políticas», yo sinceramente no sé qué significa eso, y también sé que dentro de poco, habrá otra muerte en las mismas circunstancias, otra muerte anunciada.