El artículo del periodista ruso Mikhail Gamandiy-Egorov, de la agencia de prensa Sputnik News [https://fr.sputniknews.com/authors/mikhail_gamandiy_egorov/], expresa los puntos de vista de uno de los más importantes aliados de la dictadura guineoecuatoriana respecto a la realidad y las relaciones internacionales del régimen de Teodoro Obiang Nguema Mbazogo. Aunque se remita en su práctica totalidad a una realidad ficticia (puramente imaginaria) y se muestre SIEMPRE preocupado por agradar a los dirigentes del régimen y NUNCA por los intereses de la gran mayoría de los guineoecuatorianos, su lectura nos parece imprescindible para tener una idea más precisa de los que sucede (y pueda suceder) en la política guineoecuatoriana. A.
La suspensión de los vuelos de Air France por parte de la República de Guinea Ecuatorial por incumplimiento de las normas para prevenir la propagación del Covid-19, se suma a una lista de desacuerdos entre Malabo y París. Una mirada retrospectiva a estas disputas.
13 de enero de 2021 Áfrique Media
El Gobierno de Guinea Ecuatorial, por conducto del Ministerio de Aviación Civil, ha decidido suspender los vuelos de la compañía aérea francesa Air France, por incumplimiento de las normas de prevención adoptadas contra la propagación del Covid-19 en el país. Esto se anuncia en la página web oficial del gobierno de Guinea Ecuatorial.
Cabe señalar que, además de la aerolínea francesa, entre las empresas extranjeras que prestan servicios a este país centroafricano figuran Lufthansa, Ethiopian Airlines y Royal Air Maroc. Esta suspensión añade contenido a los numerosos temas de disensión entre Guinea Ecuatorial y Francia. Si bien es difícil decir por el momento si esta decisión de las autoridades de Guinea Ecuatorial se debe únicamente a la razón dada por el incumplimiento de las normas sanitarias, o si forma parte de una respuesta a una serie de acciones hostiles contra el Estado de Guinea Ecuatorial emanadas del establishment francés, el hecho es que esta decisión refuerza una vez más el enfoque soberanista y panafricano de Malabo.
Entre los asuntos que han provocado litigios entre las dos capitales está el famoso asunto de las «bienes mal adquiridos». por el que las autoridades francesas habían incautado bienes pertenecientes al Estado de Guinea Ecuatorial con el argumento, alegado por la justicia francesa, de que esos bienes y otros se habían adquirido mediante «el robo de las arcas del Estado de Guinea Ecuatorial» por parte de Teodoro Nguema Obiang Mangue, Vicepresidente de Guinea Ecuatorial.
Una teoría más que discutible, por varias razones. Sin entrar siquiera en el debate sobre la legitimidad de estas adquisiciones, Francia parece olvidar algunos aspectos y se encuentra ante la contradicción y la doble moral en su política. En primer lugar, cabe recordar a las autoridades francesas que Guinea Ecuatorial ocupa el primer lugar en el África continental en términos de PIB per cápita a paridad de poder de compra (estimaciones del FMI para el año 2020). En este sentido, incluso por delante de las principales potencias africanas.
Así que la preocupación de Francia y de algunos otros países occidentales por el bienestar de la población de Guinea Ecuatorial es por lo menos… sorprendente. De otro modo, sería ciertamente tentador pedir a esas mismas autoridades francesas que luchen por el bienestar de las poblaciones de los Estados africanos que todavía se encuentran bajo el dominio de Elíseo – y que, aunque también tienen subsuelos muy ricos, lamentablemente no pueden presumir de un nivel de vida medio comparable a los ciudadanos de Guinea Ecuatorial. Por otra parte, Guinea Ecuatorial sigue siendo una tierra de acogida para numerosos nacionales de África francófona en busca de una vida mejor – y cuyos Estados son aliados fieles de París.
¿Cómo es que los representantes de la justicia francesa no se interesan por los bienes, a menudo lujosos, que adquieren diversos dirigentes políticos de los países africanos situados en la órbita geopolítica del Elíseo? Y cuyas poblaciones viven muy por debajo en términos de nivel de vida que los ecuatoguineanos. Una contradicción obvia.
Pero el problema radica sin duda en otras direcciones. En efecto, la élite política de Guinea Ecuatorial aplica una política plenamente soberana, de conformidad con sus intereses nacionales. Más que eso, desde la muerte de Muamar el Gadafi y la destrucción por la OTAN de la Jamahiriya Libia, el Jefe de Estado de Guinea Ecuatorial, Teodoro Obiang Nguema Mbasogo, se ha posicionado como una especie de portador de antorcha del panafricanismo, promovido en su día por el coronel Gadafi. Y esta influencia panafricana no sólo crece en la escena regional, sino en todo el continente africano. Muy a menudo en clara oposición a la visión de las élites occidentales para África.
Pero eso no es todo. Según diversas fuentes políticas y de seguridad, muchos representantes de la élite del Elyseo habrían participado presuntamente en intentos de golpes de Estado encaminados a derribar el poder en Malabo. Aunque hasta ahora sin éxito.
En este sentido y sea cual sea el resultado de las relaciones entre el Elíseo y la élite política ecuatoguineana, este país centroafricano demuestra sin ambigüedades que un Estado africano es muy capaz de llevar a cabo una política independiente y soberana, todo ello en un marco panafricano. Y sin tener que responder ni al antiguo colono español ni a ninguna otra capital occidental
A partir de ahora, y cualquiera que sea la continuación de las relaciones entre el Elíseo y la élite política de Guinea Ecuatorial, este país del África central demuestra sin ambigüedad que un Estado africano es ampliamente capaz de llevar a cabo una política independiente, soberana, todo ello en un marco panafricano. Y sin rendir cuentas ni al antiguo colono español ni a ninguna otra capital occidental. Al añadir el aspecto económico que contribuye a un nivel de vida decente para la población local, Guinea Ecuatorial puede sin duda seguir presumiendo de ser uno de los mejores modelos de desarrollo en África. No importa si eso desagrada a las élites occidentales, nostálgicas de la unipolaridad.
En cuanto a la confiscación de bienes, incluso de carácter diplomático, que se ha convertido en una práctica habitual en algunos países occidentales, la mejor respuesta probablemente siga siendo la capacidad de dar respuesta contra los intereses de los instigadores de esas confiscaciones.
Mikhail Gamandiy-Egorov
https://www.afriquemedia.tv/monde/la-guinee-equatoriale-sanctionne-la-france