Un mensaje enviado a las redes sociales por responsables de la oposición camerunesa, ha reavivado los debates en torno a una devaluación del franco CFA de la CEMAC. De manera sintética, la información da a conocer que un documento del tesoro francés transmitido al presidente Emmanuel Macron, recomienda la unificación de las cuentas de operaciones de las zonas CEMAC y UEMOA, a fin de evitar una devaluación de la moneda utilizada en África Central, con una paridad que estaría fijada en lo sucesivo en 1300 FCFA para un Euro. El asunto se planteó el lunes, 19 de junio en el parlamento camerunés, dónde el ministro Alamine Ousmane Mey responsable de las finanzas volvió sobre el tema para explicar que estas afirmaciones no estaban fundadas. Sin embargo, las garantías del ministro no parecen convencer a todo el mundo sobre todo a la vista de las tensiones que conoce el tesoro público camerunés y las dificultades a las que, en consecuencia, debe hacer frente para regularizar sus compromisos mensuales. La cuestión fundamental es por tanto saber si en la CEMAC está próxima a una devaluación de su moneda.
Una situación financiera realmente crítica.
La situación es ciertamente bastante crítica y las inquietudes se han reavivado debido a una falta de comunicación oficial sobre estos temas. La reunión urgente de diciembre de 2016, muy poco habitual en la zona CEMAC, había señalado claramente la necesidad de actuar con rapidez, para invertir la curva de una situación que se presentaba como crítica. Desde su primer Comité de Política Monetaria de 2017, el Banco Central de la subregión (BEAC) dio a conocer que la tasa de cobertura de la moneda había sido en 2016 sólo del 54,6 % y que esta tasa no sobrepasaría el 65 % en 2017. Al mismo tiempo, marcó el final de las políticas monetarias acomodaticias dando especial relieve a su tipo principal de 50 puntos de base (0,5 %), con el objetivo de reducir las pérdidas de liquidez en el mercado monetario. Algunas semanas después, publicó sus cuentas del ejercicio 2016, en las cuales sobresalían otra serie de informaciones alarmantes.
La primera es la caída drástica de las reservas de cambios hasta 2632 mil millones de francos CFA (4,4 mil millones dólares) a finales de 2016, frente a 10,1 mil millones dólares al acabar el ejercicio 2015. Una caída por debajo de las previsiones de diversos analistas entre ellos del FMI, los que, en septiembre de 2016, contaban con unas reservas de cambios equivalentes a 7,1 mil millones dólares. Por otro lado, sabemos que la subregión ha tenido problemas para cumplir el compromiso de tener el 50 % de sus reservas de cambio en la cuenta de operaciones del tesoro de Francia, instrumento de garantía de la convertibilidad exterior del franco CFA del África Central, tal como sucede con África del Oeste y con las Comores. El BEAC tuvo que ceder 1 billón de francos CFA en títulos de inversiones, para mantener los equilibrios
Sin embargo, el escenario de una devaluación parece exagerado.
A estos elementos de la coyuntura global, podemos añadir un endeudamiento fuerte de determinados países de la región. Es el caso fundamentalmente de Gabón, en el que la deuda pública declarada en 2016, alcanzó el equivalente del 62 % del PIB. Las estimaciones para Chad están en el 51,2 % de deuda con relación al PIB y la república del Congo bate el récord con casi el 83 %. En este caso, el recurso al mercado de los capitales por parte de estos países se hace difícil. Gabón ha dado una muestra en el mercado del BEAC, con una tasa débil de suscripción, para un tipo de interés elevado en una de sus operaciones recientes.
Todas estas situaciones, por alarmantes que sean, no justifican sin embargo la hipótesis de una devaluación inminente del franco CFA de la zona CEMAC. Según los acuerdos monetarios que vinculan esta subregión al Euro, vía Francia, la devaluación se plantea de manera cierta, si la tasa de cobertura de la moneda por las reservas de cambio se sitúa por debajo del 20 %. No es el caso todavía a día de hoy. Aunque el BEAC está lejos de sus objetivos, las reservas le permiten cubrir 3 meses de importación y el 100 % de la deuda exterior. Lejos por tanto de la situación de 2001, cuando las reservas de cambios eran solamente de 1.100 millones de dólares.
Por otro lado, aunque las reformas se implantan con grandes dificultades, las importaciones de bienes y servicios por los países de la subregión han retrocedido en 2016. Este retroceso ha sido del 10,5 % para Chad. En Gabón, la bajada ha sido del 16 %, en Camerún del 17,5 % y en la República del Congo del 20 %. Guinea Ecuatorial ha sido la excepción y sus importaciones estimadas han subido el 38,5 % a finales de 2016. Para los próximos cuatro años, hasta 2020, esta bajada debería confirmarse para la República del Congo (-20 %) y reducirse en Gabón (-7 %). Tendrá un ritmo más moderado en Camerún (-3 %) porque este país va a tener un año 2018 animado, con varias elecciones previstas y la organización de la Copa África de Naciones el año siguiente.
En Gabón y en el Congo, situaciones análogas contribuyeron a aumentar el consumo de divisas. Pero hay que tener en cuenta también las medidas adoptadas por el BEAC para limitar el acceso de ciertos países a activos líquidos, por su débil contrapartida en divisas. Con todo, y en último caso, la opción de la deuda existe. Aunque Camerún vaya a acoger un acontecimiento deportivo dentro de dos años, continuando su plan de desarrollo, puede apoyarse en un bajo nivel de endeudamiento (el 30 % del PIB) a 31 de mayo de 2017, con importes disponibles en divisas, todavía no desembolsados, equivalente a 3701 mil millones de francos CFA.
Por último, tres países importantes de la zona tendrán programas trienales con FMI, y lógicamente una devaluación no puede hacerse antes del término de estas iniciativas.
Permanecer aún así vigilantes.
Se mantiene sin embargo una importante fuente de riesgo, la de la incertidumbre de los precios del petróleo. Este recurso supone el 27 % del PIB regional y el 90 % de las rentas de la subregión. Recientemente, los precios han vuelto a tocar suelo Las medidas adoptadas por la OPEP para reducir la producción y hacer subir los precios no han dado los frutos esperados. El cartel permitió a Nigeria y a Libia, dos de sus miembros, que produjeran sin restricciones para hacer frente a los vientos contrarios que han golpeado sus economías. En consecuencia, las existencias han alcanzado un excedente de producción 292 millones de barriles, por encima de la media de los últimos cinco años. Al mismo tiempo, se estima que los países no miembro de la OPEP continuarán aumentando su producción, bastante por encima de la demanda. En este contexto, los analistas consideran que los precios que ya han caído el 20,18 % desde principios de año, se estabilizarán durante un cierto tiempo, en la horquilla entre los 35 y los 30 dólares. Para la Zona CEMAC, es más que nunca el momento de hacer buenos arbitrajes, y elegir opciones económicas eficientes. Las conclusiones que pueden extraerse del caso de Gabón son concluyentes: se corre el riesgo de que el apoyo del FMI sea relativamente débil y las obligaciones asumidas importantes.