«El Baile de los Malditos» es, probablemente, el libro más famosos, pero menos leído de la literatura política guineana. Expresión genuina de la propaganda de la dictadura de Macías y firmado por el que aquel momento era su Ministro de Información, Daniel Oyono Ayingono, se publicó en Malabo en 1976.
El texto que sigue reproduce con la máxima fidelidad posible la fotocopia de «El Baile de los Malditos» incluida en el «Dossier sobre la situación política, económica, social, religiosa y de derechos humanos«) (llamado «dossier Trevijano»), publicado por los Servicios Informativos de la Alianza Nacional de Restauración Democrática (ANRD), también en 1976.
Hemos incluido como Anexos los párrafos que aluden a «El Baile de los Malditos» de dos obras clásicas de la historia de Guinea, Historia y tragedia de Guinea Ecuatorial de Doanto Ndongo Bidyogo y Guinée Equatoriale, un pays méconnu de Max Liniger-Goumaz.
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A N E X O S
Donato Ndongo Bidyogo, Historia y tragedia de Guinea Ecuatorial. Editorial Cambio 16. Madrid 1977. (páginas 247 a 255)
» En junio se asesinaba en la cárcel de Bata a más de cien presos políticos, algunos de ellos en público, acusados de intentar un golpe de Estado desde la prisión. Según el periódico Unidad de la Guinea Ecuatorial, “el plan se ha venido preparando desde hace más de ocho meses, ya que los internados tenían buen trato mientras se encontraban en la cárcel y gozaban de mucha libertad. El día señalado para el plan –continúa el vocero de Macias- los rebeldes empezaron a llevar a cabo sus operaciones perforando la cárcel (…) pero afortunadamente en la cárcel se encontraba un preso muy fiel a nuestro régimen, que salió antes y previno a dos guardias que los rebeldes recluidos estaban ya dispuestos a asesinar a los oficiales y a ellos. El caso fue avisado al Capitán (…) quien llegado al lugar de la prisión que ya estaba perforada, abalanzáronse todos los presos sobre el capitán para desarmarle, pero el capitán cogió su pistola y la echó atrás de dos guardias que le acompañaban (…) el rebelde Estanislao Ngume se abalanzó sobre el capitán y éste va con su arma, disparó, cayendo en el acto. Seguidamente al ver la gran movilización con machetes y herramientas que llevaban los rebeldes, el capitán dio orden de FUEGO, cayendo en el acto los cabecillas rebeldes. Entre los cómplices figuran los dos ex ministros Mome y Boricó, que actuaban de Consejeros en el Plan (…). El cabecilla rebelde, Estanislao Ngume, condenado como cómplice en el asesinato de un guardia en Malabo, desde la cárcel trazaba los mismos planes y ahora ha pagado con su propio peso, a pesar del buen trato y menos condena…
“La Revolución Guineana encabezada por el Gran Líder Popular MACIAS NGUEMA BIYOGO ha vuelto a triunfar a las maniobras del colonialismo e imperialismo y ponemos en vanguardia al pueblo revolucionario (sic) de Guinea Ecuatorial que solidariza con su Régimen Popular establecido, en particular las Fuerzas Armadas leales al Régimen Popular, para que estén siempre alertas contra el enemigo común, pues el necolonialismo e imperialismo no nos van a perdonar, pues cada vez están teledirigiendo a sus satélites y traidores africanos para derrocarnos a pesar de los golpes fatales que les hemos asestado hasta ahora, pues no cesan con sus maniobras y planes diabólicos, por ello repetimos lealtad y poner en vanguardia a nuestro heroico pueblo encuadrado dentro del Partido Unico Nacional de Trabajadores para abortarlos en todo momento bajo la Alta Dirección del Gran Líder Popular MACIAS NGUEMA BIYOGO”.
En otra página del mismo ejemplar, y bajo el titular Así se tramó el Golpe de Estado, se puede leer: “De acuerdo con el plan trazado por los rebeldes desde la prisión y según los documentos que obran ahora en poder del Gobierno, el plan llevaba ya iniciado desde hace ocho meses. Los rebeldes desde la prisión habían constituido un Movimiento denominado “CRUZADA DE LIBERACIÓN POR CRISTO”, a todos los rebeldes los cabecillas les tomaban juramento con un crucifijo y un rosario de tipo colonial, aún todavía en las mentalidades de éstos el engaño de los crucifijos y los rosarios que no tienen nada que ver con la existencia de Dios, pues el crucifijo y el rosario están preparados por unos hombres nacidos con el pecado de Adán y Eva según los mismos colonialistas, por consiguiente no es objeto de adoración ni tiene valor alguno para el Pueblo revolucionario de Guinea Ecuatorial contemporáneo, por ser objetos de cerámica fabricados por el propio hombre, pues según la tradición africana desconocemos totalmente que un hombre nace con el pecado, son versiones impuestas por los colonialistas para someter y explotar a los pueblos africanos…”
Según la información ofrecida por el semanario guineano, “los golpistas” estaban organizados en cuatro comandos o grupos. El primero se encargaría de ocupar la prevención o cuerpo de guardia, deteniendo al capitán, a todos los oficiales y desarmando a los guardias, y una vez ocupadas las armas, iría al Palacio presidencial para detener “a la familia de Su Excelencia el Presidente Vitalicio”, y después de esto ocuparía Radio Bata. El segundo grupo “tenía la misión” de ocupar el cuartel general de la Guardia Nacional, el depósito de armamento y el polvorín, “ayudados por ex guardias detenidos por cuestiones subversivas”. El tercer grupo “sería el primero en actuar una vez lograda la evasión, apagando la luz de una vez en todos los sitios como señal”. El cuarto y último comando realizaría la detención de “todas las Autoridades presentes en Plaza; una vez logrado todo esto se haría una PROCLAMA en Radio Ecuatorial Bata firmado por el Gobernador Civil en nombre de su Excelencia el Presidente Vitalicio, convocando urgentemente a Bata a todos los Delegados Gubernativos y Jefes Militares de Distritos, donde otro grupo se encargaría de matarlos en un lugar preparado entre Niefang y Bata. El malogrado Pedro Bakale, caído en el acto, que sería el técnico del aeropuerto, se encargaría de enviar telegramas a los embajadores españoles acreditados en los países vecinos para que el Gobierno español les envíe la Guardia Civil a detener al Presidente MACIAS NGEMA BIYOGO y a todos los Ministros presentes en Malayo, que serían ejecutados seguidamente con toda la ferza militar guineana”.
Sin necesidad de una segunda lectura del texto transcrito es evidentemente extraño que, si durante casi un año se venía gestando el complot, no se habían dado cuenta los cabecillas que, ocupada Telecomunicaciones, era más fácil desde allí mandar los mensajes “a los Embajadores españoles”, en lugar de encomendárselo a un sólo hombre en el aeropuerto de Bata -¿cómo hubiera llegado allí?-, donde no existen medios para “mandar telegramas”. Por otra parte, solo la intangibilidad del presidente por un negro (20)puede explicar esa extraña decisión de esperar varias horas, demasiadas horas, a que sea la Guardia Civil la que desde España vaya a detener y fusilar al presidente, a sus miembros y a los mandos del ejercito. Pero el relato continúa: “Al recibir la noticia del fracaso del complot que eran dirigentes, suicidan en la prisión de Bata el ex ministro Momo Bocara, Felipe Isabel Nsi, Pedro Ndumu, Manuel Combe y otros varios. Este último, como médico que viene desarrollando sus actividades subversivas contra la seguridad del Estado desde hace tiempo, y cuya condena cumplía, había introducido venenos en la prisión con la complicidad de los suicidados para esconder al Gobierno sus planes, ya que disfrutaban una libertad sin control de la Fuerza. Les decimos: ¡BUEN VIAJE!, adonde van es para todos, pero en la actualidad somos los triunfantes.
“Al poner todos estos hechos en conocimiento del Pueblo revolucionario de Guinea Ecuatorial, les hacemos ver que este problema que ha ocurrido es muy sencillo y que no deben moverse ni las cejas de las fuerzas vivas de la Revolución, este pequeño problema ocurre en todas las partes del mundo, y quizás peor, que no hace falta dar explicación porque todos escuchamos la evolución mundial (…) Nosotros los Revolucionarios no debemos sentir miedo a cualquier acontecimiento, contrariamente, más enérgicos para consolidar la Revolución, pues nuestra revolución es pacífica, no persigue ambiciones territoriales ni anexionistas, ni imperialistas, solo queremos la libertad sin influencias extrañas ni ideologías importadas, tenemos una sola filosofía, según preconiza nuestro Gran Líder Popular MACIAS NGEMA BIYOGO: “AFRICANISTA Y NADA MAS”, para consolidar la dignidad africana, convivencia pacífica con todos los Gobiernos del mundo con diferentes sistemas sociales, cooperación mutua de común beneficio, rechazando enérgicamente la idea colonialista “AYUDA DESINTERESADA”, es pura falsedad, no existe ni la habrá. Pues ahora al Gobierno no le queda otra alternativa que la que disponga el Partido Unico Nacional de Trabajadores a través de su Congreso: barrer toda cizaña y basura mala, quemarla y echar su ceniza al mar. Hacemos señalar que estos bandidos y pandillas traidoras al servicio del neocolonialismo no contaban con ningún apoyo del Pueblo Revolucionario de Guinea Ecuatorial. ¡¡POR LA REVOLUCIÓN, VICTORIA O MUERTE, VENCEREMOS!! ¡¡VIVA EL PADRE DE LA REVOLUCION Y FUNDADOR DEL ESTADO GUINEANO MACIAS NGUEMA BIYOGO!! ¡¡ABAJO LOS TRAIDORES Y TODOS SUS CÓMPLICES”.
Daniel Mbá Oyono Ayingono, sobrino y entonces delfín del presidente Macías, Jefe de Protocolo de la Presidencia de la República y Ministro de Información, escribió un libro que lleva un título patético y de película de aventuras: El baile de los malditos. Frustrado Golpe de Estado perpetrado en la Ciudad de Bata, Río Muni, en la madrugada del día 10 de junio de 1974, por el ala neocolonialista e imperialista “Cruzada de Liberación de Guinea Ecuatorial por Cristo” y los acontecimientos que siguieron. Ese libro, que nos va a resultar muy útil para mostrar la falsedad de las acusaciones, la inteligencia y tiempo malgastados y los métodos que emplea el sanguinario régimen del dictador guineano, comienza con una dedicatoria: “Al Padre de la Revolución, Gran Líder Popular MACIAS NGUEMA BIYOGO, con mi más profundo afecto y cariño. A las masas populares trabajadoras guineanas, a las Fuerzas Armadas Populares, con todo calor militante y revolucionario hacia el triunfo TOTAL de nuestra causa y a los ideales de la verdadera Revolución Democrática. Por la Revolución Guineana, Victoria o Muerte, ¡¡VENCEREMOS!!”. Pasa uno la página y se encuentra con una gran foto de Macías, vestido con uniforme militar de camuflaje, y al pie: “El Jefe Supremo, Comandante en Jefe de las fuerzas Armadas Populares, Gran Líder Popular y Padre de la Revolución, MACIAS NGUEMA BIYOGO, dirigiendo directamente desde Malabo, capital de la República, la operación para contrarrestar el golpe de Estado neocolonialista e imperialista perpetrado en la ciudad de Bata contra la Revolución Guineana”, A modo de prólogo, escribe Mba Oyono: “… con la orientación del Gran Líder Popular, Padre de la Revolución MACIAS NGUEMA BIYOGO y su Partido Único Nacional de Trabajadores Guinea Ecuatorial ha afirmado una vez más su firme posición y su enérgico rechazo al fácil y comprometedor desarrollo de tipo capitalista y ha negado de nuevo con viva claridad otra prueba de sometimiento al neocolonialismo, al imperialismo y a todas las fuerzas del mal. El Padre de la Revolución, conocedor directo y a fondo del pensamiento colonialista, neocolonialista e imperialista y sus diabólicos planes, debido a sus largos años dentro de la administración colonial imparte diariamente su doctrina revolucionaria a su querido Pueblo en evitación de que caiga en la demagogia fría y miope de quienes pretenden reducir nuestra marcha revolucionaria a una simple cuestión de paso o momentánea, sin tener en cuenta que la Revolución Guineana dirigida por el Gran Líder Popular y Fundador del Estado Guineano MACIAS NGUEMA BIYOGO es una realidad histórica consumada…
“Así pues, la vigilancia firme y el combate celoso e ininterrumpido de las clases trabajadoras populares de nuestro país organizadas y la heroica actitud de nuestras Fuerzas Armadas Populares y las Milicias Populares que forman la columna del verdadero Ejército del pueblo de Guinea Ecuatorial y su acatamiento a la voluntad popular representada por el Responsable Supremo de la Revolución, Gran Líder MACIAS NGUEMA BIYOGO han vuelto a implantarse victoriosamente sobre las maniobras neocolonialista e imperialistas contra las libertades democráticas de nuestro país. Esta actitud Valiente, Patriótica y Sin Igual de las instituciones defensivas del Pueblo trabajador de Guinea Ecuatorial, según las enseñanzas del Fundador del Estado Guineano, Gran Líder de la Revolución MACIAS NGUEMA BIYOGO, caracteriza nuestra constante lucha, y su espíritu combativo, han sido sometidas una vez más a otra dura prueba, y tras una dramática sucesión de frustrados complots, ha vuelto a prevalecer la firme voluntad del Pueblo militante guineano…”
Las primeras contradicciones las encontramos en el apartado primero encabezado con la frase “A LA VIOLENCIA REACCIONARIA, RESPONDE LA VIOLENCIA REVOLUCIONARIA”. Allí se dice que “el día 13 de junio de 1974, Radio Malabo y Radio Ecuatorial Bata anunciaron simultáneamente al Pueblo de Guinea Ecuatorial y al mundo entero la noticia de un complot preparado desde Bata con ayuda material y financiera del exterior”. Si el semanario Unidad de la Guinea Ecuatorial habla de que el “complot” se llevó a cabo en la madrugada del día 10 ¿por qué tardaron tres días en hacerlo público? Pero ¿es que, además, ya tenían la “ayuda material y financiera del exterior” al iniciar el “plan”? Por mucha “libertad” de que se goce en una cárcel, resulta inexplicable desde todo punto de vista. Pero Mba Oyono no se detiene en aclarar estos detalles, y continúa escribiendo: “Ante esta evidencia del complot preparado dentro de Guinea Ecuatorial con ayuda exterior, se instituyo inmediatamente un Tribunal Militar Popular, donde cada uno de los implicados declaró públicamente y reveló íntegramente con todos los detalles el diabólico plan de Golpe de Estado, en el que han sido juzgados por delitos de Alta Traición y cargos contra la Seguridad del Estado”. Obsérvese que Daniel Mba Oyono no habla de “suicidados” en la cárcel. A continuación se describen las “manifestaciones populares” que se sucedieron en las dos capitales, cuyos componentes eran los componentes del “Comité Central del PUNT y las masas populares militantes revolucionarias encuadradas en su seno: Milicias Populares y la Organización Nacional de Mujeres Guineanas”. El llamado Tribunal Militar Popular, constituido bajo la presidencia del “camarada Capitán” de la Guardia Nacional, Fortunato Okenve Mituy, secretario general del Ministerio de Fuerzas Armadas Nacionales Populares, “acompañado de cuatro vocales, el Fiscal, el Defensor y el Juez Instructor”, se reunió el 22 de junio, en audiencia pública, “donde el pueblo participó directamente en todo lo largo del proceso, instruido contra los rebeldes contrarrevolucionarios y reaccionarios traidores africanos a sueldo del colonialismo y del imperialismo”.
Pero he aquí que son procesados y declaran, según el libro de Mbá Oyono, Manuel Combe Madje, Salvador Watre Mbá, Pedro Bakale, Felipe Aseko, Felipe Isabel Nsí, Roman Boricó Toichoa, Patricio Meco Enguema y Estanismo Nguema Beholi, todos ellos caídos en el acto en el momento de ser abortada la “conjura” o suicidados al conocer su fracaso, según el semanario del Gobierno. Esta es la versión que de los hechos da un comunicante del interior: “Parece que el Jefe (Macías) había recibido las reclamaciones hechas por los exiliados ante la Subcomisión de Derechos Humanos de las Naciones Unidas, y es posible que pidieran su entrada en el país para investigar. Según lo hemos podido saber, parece que Macías les contestó que esperaran hasta que él mismo les invitara oportunamente. Mientras, crearon la monstruosa fábula de que los presos políticos de la cárcel de Bata habían intentado un golpe de Estado (…) Un guardia de Mongomo –paisano del presidente- y otros cinco de Nsork “descubrieron “ el plan y lo comunicaron a las autoridades. Este es uno de los incidentes más criminales que he visto en mi vida. El juicio fue público (…) Se dice que antes de que comparecieran ante el Tribunal, se les tomó declaraciones en la cárcel, pero los pobres no sabían de que se trataba; aunque es posible que algunos tuvieran intención de fugarse, la mayoría no conocía el plan de fuga. Al ser descubierto dicho intento de fuga, concibieron el argumento de esas falsas acusaciones que les echaron encima. Cuando los trajeron ante el Tribunal para declarar nuevamente ante el público, ninguno de ellos estaba de acuerdo con lo que les imputaba haber declarado en la cárcel. A pesar de toda su ignorancia del asunto fueron todos condenados a muerte: 118 guineanos de todas las naturalezas (…) En el momento del juicio, era evidente que los acusados habían sufrido duras torturas antes de ser procesados, muchos tenían las principales venas de los pies cortadas, otros las de las manos, otros torturados en los órganos genitales, sobre todo las mujeres. La azafata que declararon cómplice (Guillermina Ebuka Besebo) entró en la sala sangrando. No todos fueron ejecutados públicamente, la mayoría fueron ejecutados en la cárcel mucho antes de que dictaran la sentencia, a otros les llevaron de noche al cementerio de Ukomba sin más testigos, y los echaron vivos en el gran hoyo que habían preparado allí, rematándolos a tiros. Practicaron un sistema antihumano, al invitar a los familiares el último día del juicio para que ellos determinaran la suerte que debían correr los acusados, con la obligación de pronunciar la sentencia de muerte. También los familiares tuvieron que asistir a la ejecución de los únicos 27 que mataron en público. La ejecución se realizó en Ngolo, previamente habían consultado a la masa revolucionaria allí presente si debían matar a los condenados, y todos a una aclamaron que debían morir. A los sacerdotes, familiares y otros que nos callamos, nos amenazaron de ser considerados cómplices, y todavía no sabemos que será de nosotros”.
(20) En cierta ocasión, el autor y varios compañeros hablábamos en presencia de un niño de seis años recién llegado de Guinea, de la situación del país. El optimista de turno aseguró que sería fácil matar a Macías. El niño, todo serio, se lo negó, y ante el asombro de todos, dijo: “al presidente Macías no lo puede matar nadie, es como Dios. Si tu le disparas, la bala cambia de sentido y se clava en tu propio corazón”.
(Las cursivas son siempre de Donato Ndongo Bidyogo)
Max Liniger-Goumaz, La Guinée Equatoriale, un pays méconnu, Edit L´Harmattan, París 1979
En la página 388 dice:
“(Daniel Mba Oyono Ayingono) En 1976 hizo publicar en Santa Isabel, con su firma, una selección de párrafos del proceso del golpe de estado de junio de 1974, con el título de “El Baile de los Malditos”.
En las páginas 139- 140 dice:
“GOLPE DE ESTADO DE JUNIO DE 1974. Durante la noche del 10 al 11 de junio de 1974 tuvo lugar en la prisión de Bata un intento de fuga en masa; fue rápidamente reprimido gracias a la denuncia de uno de los presos de profesión maestro (Nvono Avomo), y murieron 118 prisioneros (oficialmente suicidados). Se suponía que los prisioneros, una vez en fuga, se separarían en cuatro grupos, el primero, dirigido por el ndowe Ngueme Beholi, se encargaría de ocupar el cuartel, más tarde la Radio, las Telecomunicaciones, la residencia del Gobernador Civil; el segundo, dirigido por Nkogo Egui, inutilizaría la central electrica y ocuparía el palacio presidencial de Ekuko; el tercero, dirigido por Ondo Micha, debía bloquear las carreteras y alcanzar Niefang, Evinayong y Akurenam; un cuarto, dirigido por Ondo García, debía ocupar el Cuartel General de la Guardia Nacional y atacar el depósito de municiones, mas tarde debía ocupar el aeropuerto. En los distritos del interior, un quinto grupo debería detener a las autoridades y conducirlas a Bata para ser eliminadas.
Según el Gobierno, se trataría del complot de una pretendida Cruzada de Liberación de Guinea Ecuatorial por Cristo. Unas 90 personas (implicados pero no eliminados en un primer momento y cómplices externos, entre ellos una veintena de mujeres, la mayoría pertenecientes a étnicas minoritarias) fueron llevadas ante un Tribunal militar que se reunió en el local del cine Okangon de Bata, entre el 22 y el 25 de junio de 1974, con un dispositivo de altavoces para informar al publico que permanecía en el exterior. Este tribunal estaba formado por ocho oficiales de la Guardia Nacional, la defensa correspondió a Moisés Iyanga (¡que solicitó pena de muerte!). Entre los acusados, hombres y mujeres, se incluía un ministro, cuadros del Ministerio de Enseñanza Popular, artistas, artesanos, obreros, agricultores, empleados de la LAGE, etc. Había 9 ndowes y 9 bubis, el resto pertenecían a los distintos clanes fang. Veintisiete acusados fueron condenados a muerte, el resto a penas de prisión de 29, 26 y 17 años.
La ejecución tuvo lugar en la periferia de Bata, en Ngolo, al amanecer del 26 de junio de 1976. Los soldados de la Guardia Nacional estaban bajo las órdenes de consejeros militares de la Unión Soviética. Los condenados fueron fusilados de cinco en cinco, con los ojos vendados. Un oficial guineano de alta graduación le dio con una pistola el tiro de gracia a cada uno de ellos. Los dos últimos ejecutados fueron la joven ndowe Irene Ngomo Metala, de 16 años, con las piernas rotas y caída en tierra, y el Ministro de Trabajo, el bubi Boricho Toichoa, para el que se necesitaron dos ráfagas de metralleta. Una parte de los condenados a 29 años, entre ellos el empleado del Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo, Beaka Belope, fueron ejecutados en la prisión de Bata o en el cementerio de Ukomba, en el límite meridional de la ciudad de Bata. Entre los numerosos prisioneros políticos eliminados en septiembre de 1975 parece que había bastantes de los condenados por el golpe de Estado de junio de 1974”.
(LAGE son Líneas Aéreas de Guinea Ecuatorial)
(La traducción es nuestra)