En el marco del “Día internacional de Libro“, la dirección de esta página tuvo a bien de entrevistar a la escritora Trifonia Melibea Obono que, buenamente nos respodió al cuestionario pese a estar convaleciente de la malaria que nuestra protagonista considera “la vida diario”.
Buenas. Usted no precisa presentación, pero, ¿podría decirnos algo que pocos saben de su persona?Muy buenas, gracias a ustedes por entrevistarme en el marco del Día Internacional del Libro. Mi nombre es Trifonia Melibea Obono y sí, es importante que me presente. No me considero una persona conocida en todo el planeta. Soy ciudadana de Guinea Ecuatorial y por haber nacido en ese país sobrevivo en medio de la vulnerabilidad. Mi caso no es excepcional: cualquier individuo con nacionalidad guineoecuatoriana se encuentra en las mismas circunstancias.
Nací en Guinea Ecuatorial, una prisión muy grande con carreteras y edificios aparentemente modernos. Los marcos ideológicos de la prisión están protegidos por las tradiciones étnicas y los poderes públicos a través de un fascismo recalcitrante. En mi país hay más hoteles que escuelas, y en cada habitación de hotel le espera a cada visitante una Biblia, solamente. Mi entorno es singular: sin bibliotecas, sin librerías, sin cines.
¿Cómo se definiría? ¿Cómo le gustaría que le presentaran? ¿Una escritora comprometida con el progreso social?
En muchas entrevistas me he definido como escritora, pero después de mucho tiempo creo que no lo soy. En Guinea Ecuatorial no tenemos escritoras ni escritores. Las personas que se dedican a esta profesión son supervivientes a secas, y en permanente decadencia, el problema de fondo, el compromiso con el progreso social. En nuestro día a día tropezamos con un muro, la prisión cultural y de los públicos, cuyo objetivo fundamental es promover la mediocridad. Me defino como una persona que escribe y que se equivocó de país y de profesión al nacer.
¿Consiste su obra en una llamada a la conciencia social?
No sabría contestar a esta pregunta en estos momentos. La mayoría de las obras que tengo publicadas hasta ahora, no me senté a escribirlas con una conciencia ciudadana viva. Yo era una niña cuando redactaba cinco de mis siete obras editadas.
¿Sus novelas son autobiográficas o instrumentos de reivindicación como sostiene Donato Ndongo Biyogo?
En Guinea Ecuatorial se llama ntangan o blanca a las mujeres negras formadas, también se dice así a aquellas que de alguna manera coquetean con el conocimiento. Sin embargo, después de crecer en un entorno rural y conocer a mujeres negras de la etnia fang, que son feministas radicales, superdotadas, y que no fueron colonizadas, me echo a reír. Soy una mujer negra que utiliza la palabra a través de los libros para crear un mundo inclusivo en el que las mujeres del mañana no tengan que vivir como mis madres y mis abuelas: en la más absoluta exclusión del espacio público y privado. Escribo para vivir. Vivo en mis libros. Vivir en Guinea Ecuatorial no es vivir, por eso cuando me preguntan cómo estoy siempre respondo que estoy bien dentro de lo bien que se puede estar en Guinea Ecuatorial.
Me echo a reír igualmente cuando se describe el contenido de mis obras. ¿Autobiográficas? ¡Qué va! Mi vida no es tan interesante. No podría cubrir diez páginas de un libro.
¿Puede la literatura influir positivamente en la sociedad para promover su progreso y el cambio en favor de las libertades democráticas y los derechos humanos?
La literatura siempre ha servido para influir positivamente en la sociedad, promover su progreso y el cambio en favor de las libertades democráticas y los derechos humanos. Cuando abandona estas funciones deja de ser literatura.
¿Cree que sería buena idea utilizar también la literatura para implantar y promover el feminismo en la sociedad guineoecuatoriana?
El feminismo constituye un bien de la humanidad. Hasta hace poco, las reivindicaciones feministas recogidas en las obras escritas por mujeres guineoecuatorianas se invisibilizaban, hasta que la represión se hizo insostenible. Y, es más, vivimos en una época que impone el feminismo a través de la cooperación internacional —poderosa en nuestro entorno— y los tratados que ha ratificado Guinea Ecuatorial, por lo que nuestros hermanos de letras, los gobiernos de los hombres que rigen el país desde la independencia, más el patriarcado que gobierna nuestras etnias, han tenido que hacer el papel de aliados del feminismo. Gracias a la presión internacional y el trabajo de las mujeres, la literatura con enfoque de género está llegando a un público más amplio.
Guinea Ecuatorial es un país dependiente del exterior en todos los sentidos, una debilidad que ha contribuido a la visibilidad del feminismo en la literatura. Nuestros hermanos varones del poder político, religioso, científico, cultural, etc., tienen que caerles bien a los blancos occidentales a toda costa para beneficiarse de sus hospitales, bancos y armas. El precio tiene un solo nombre: aparentar que respetan los derechos humanos. Y según Occidente —no según los poderes públicos de acá—, los derechos de las mujeres son derechos humanos. En estas andamos…